Bahamontes tuvo unas cualidades formidables para ascender puertos y un carácter todavía más determinante. Alcanzó la victoria en el Tour de Francia de 1959 y fue el mejor escalador en 6 ocasiones. En 1956 aún no se planteaba la general y sólo deseaba convertirse en el rey de la montaña. Sólo era su segundo Tour, pero ya se atrevía a atacar en los primeros puertos de las etapas. Uno de esos días coronó La Romeyère en cabeza. Una vez arriba se bajó de la bicicleta y se comió un helado con dos bolas de vainilla esperando al pelotón. La prensa francesa no entendía nada porque Bahamontes no hablaba francés. Trascendió como un acto de soberbia, aunque en realidad había coronado La Romeyère con su bicicleta maltrecha [una piedra le rompió varios radios] y debía repararla antes de afrontar el descenso.
El jurado que escogió a Bahamontes como mejor escalador del Tour estuvo liderado por Thomas Voeckler [rey de la montaña de la pasada edición] y otros nombres como Hinault, el director del Tour Prudhomme o Jean François Bernard también formaron parte. El segundo en la lista fue Richard Virenque, seguido de Fausto Coppi, Lucien Van Impe y Luis Ocaña.
“Virenque no nos llega ni a la altura del tobillo. Si él es un escalador, yo soy Napoleón”, aseguró Bahamontes a L’Équipe Magazine al conocer el ranking. “El segundo mejor escalador es Charly Gaul [ganador del Tour en 1958], a partir de ahí sí se puede discutir”.
“El águila de Toledo” también aprovechó su visita al Tour de Francia para hablar con, según Bahamontes, el mejor escalador de la carrera, Nairo Quintana: “eso me ha dicho, y también que voy a ganar la clasificación de la montaña. Me enorgullece que me diga eso”, recoge El Mundo. El toledano no cree que el Tour esté decidido, “Nairo Quintana le va a dar muchos dolores de cabeza a Froome”.
Fuente: biciciclismo
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